Los resultados del Censo 2025 han confirmado un cambio demográfico profundo en Chile: el país está envejecido y esta transformación ocurre a gran velocidad. Con un Índice de Envejecimiento de 79, el más alto de nuestra historia, en muchas regiones ya hay más adultos mayores que niños, y además, los hogares son cada vez más pequeños, de hecho el 21,8% son unipersonales. Esto es reflejo de una creciente soledad estructural que afecta especialmente, pero no exclusivamente, a los mayores.
Esta nueva realidad representa importantes desafíos sociales, económicos y sanitarios. Sin embargo, también abre una gran oportunidad: construir una sociedad que reconozca el valor de la experiencia, la sabiduría y la contribución activa de sus personas mayores. La visión del envejecimiento como una crisis o carga debe dar paso a un cambio cultural que lo entienda como un gran activo para el desarrollo.
Para enfrentar este escenario, es urgente adaptar las políticas públicas e incluir activamente a las personas mayores en la vida laboral, educativa, comunitaria y cultural. Esto implica, entre otras cosas, derribar prejuicios sobre la vejez y actualizar las herramientas profesionales con las que abordamos esta etapa vital.
En este contexto, se vuelve fundamental que psicólogos, psicólogas y profesionales afines cuenten con conocimientos sólidos para evaluar adecuadamente las funciones cognitivas en las personas mayores. No basta con identificar deterioros en atención, memoria o funciones ejecutivas; también es esencial reconocer sus recursos, fortalezas y mecanismos de compensación. Para ello, herramientas como el tamizaje, los cuestionarios y, especialmente, la entrevista clínica deben ser aplicadas con un enfoque integral, centrado en identificar recursos y potencialidades con las cuales compensarán efectivamente, posibles pérdidas o ralentizaciones de funciones
Por último, es clave considerar el rol de las emociones en la evaluación neuropsicológica. Estudios recientes muestran que factores emocionales no solo afectan el ánimo, sino que también pueden mejorar la memoria de trabajo y fortalecer las funciones ejecutivas en la vejez. La saliencia emocional, por ejemplo, potencia el rendimiento cognitivo y permite entender mejor cómo las personas mayores enfrentan los desafíos del envejecimiento.
Chile tiene la posibilidad de liderar en América Latina una transformación cultural que valore la longevidad como una oportunidad. Apostar por una mirada positiva de la vejez, desde la psicología y otras disciplinas, es clave para construir un país más justo, inclusivo y sostenible para todas las generaciones.
Al término del curso, los participantes serán capaces de: